24 de Julio de 2020
12 lecciones aprendidas en el Foro en línea: La Pandemia COVID19: Cambios en la Lucha por transparencia y anticorrupción
La pandemia-COVID19 está transformando la lucha por la transparencia y la lucha anticorrupción y tanto el sector privado como el público pueden convertirse en importantes aliados y verse beneficiados por el cambio de paradigma que está experimentando la sociedad.
Este fue el tema central del encuentro organizado por la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, Capítulo Panameño de Transparencia Internacional que contó con la participación de Alison Taylor, Directora Ejecutiva de Ethical Systems; Richard Bistrong, CEO De Front-Line Anti-Bribery LLC.; Mary Triny Zea, periodista de la Unidad de Investigación del diario La Prensa de Panamá y Maximilian Heywood, Jefe de Políticas e Incidencias del Movimiento Transparencia Internacional, moderada por el Dr. Carlos Barsallo, presidente de nuestra junta directiva.
El hilo conductor del Foro fue presentar nuevos conceptos que desde la ética, la práctica y cambios en la lucha anticorrupción a través del testimonio personal de personas que están en la primera línea de batalla.
Desde la ética del sector privado y la academia, Alison Taylor; desde la experiencia de quien -habiendo participado en actos de corrupción- enfrenta la justicia y se convierte en experto anticorrupción, Richard Bistrong; desde el periodismo de investigación que desenmascara y denuncia la corrupción gubernamental, Mary Triny Zea; y un activista internacional con vasta experiencia en el movimiento de capitales y la exigencia de rendición de cuentas que traspasa fronteras, Max Heywood.
Los cuatro ponentes dieron su perspectiva al respecto, y estos son doce aprendizajes compartidos en el evento:
1. La corrupción daña a la sociedad, causa inequidad y disminuye el acceso a la salud y a la educación. Éticamente es un crimen de alto impacto al tejido social y al bienestar material de las sociedades. Necesitamos pensar más en el efecto sobre la sociedad y cómo el público va a responder a él y a juzgarnos por nuestra conducta.
2. Tener un proceso o un sistema controlado en las empresas, no funciona si los empleados o los líderes en la organización no creen en estos procesos.
3. Hay vida después de cometer actos de corrupción y pagar la deuda a la justicia. Es necesario incorporar en nuestras organizaciones y nuestro pala cultura del arrepentimiento y la reconstrucción de los sistemas éticos y de control, en lugar de la opacidad y la impunidad.
4. No podemos delegar la lucha anticorrupción en el departamento de quejas de las empresas y esperar que eso baste para resolver todos los problemas.
5. La generación Z (nacidos al final de la década de los 90) tiene valores diferentes a las de las generaciones que las preceden. Tienen mucho que decir sobre dónde quieren trabajar y la ética y valores de sus empleadores. Quieren trabajar en compañías con cultura ética.
6. Durante la pandemia, el periodismo de investigación no se detiene. La ciudadanía está más atenta y vigilante de lo que se compra y el uso del dinero público.
7. El distanciamiento social no significa distanciamiento de integridad.
8. Si eres un líder y la gente no te llama, no significa que todo está bien. Escuchar cómo esta la gente, cómo está llevando la pandemia es vital.
9. Mientras mejor te comuniques, más vas a reducir el miedo y la incertidumbre que puede desencadenar comportamientos antiéticos en las organizaciones.
10. Nunca ha habido un momento más importante para estar virtualmente presente y productivo en la vida de la fuerza de trabajo a la que pertenecemos que este.
11. La ambigüedad y el liderazgo pasivo son enemigos de las prácticas éticas y sostenibles de los negocios.
12. Los líderes tienen la responsabilidad de que las personas piensen sobre lo ético y no solamente sobre las implicaciones legales de su conducta.
El Foro contó con traducción simultanea inglés a español y viceversa por cortesía del interprete público autorizado, Robin Castro. Se realizó en la alianza con la Universidad Católica Santa María La Antigua que prestó su plataforma y ayuda técnica y contó para su divulgación con el apoyo de los siguientes 9 aliados estratégicos:
12 lessons learned in the online forum:The COVID19 Pandemic: Changes in the Fight for Transparency and Anti-corruption
The COVID19 -pandemic is transforming the fight for transparency and anti-corruption and both the private and public sectors can become important allies and benefit from the paradigm shift that society is undergoing.
This was the central theme of the meeting organized by the Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, Panamanian Chapter of Transparency International, with the participation of Alison Taylor, Executive Director of Ethical Systems; Richard Bistrong, CEO of Front-Line Anti-Bribery LLC; Mary Triny Zea, journalist of the Research Unit of the Panamanian newspaper La Prensa and Maximilian Heywood, Head of Policy and Advocacy of the Transparency International Movement, moderated by Dr. Carlos Barsallo, our chairman.
The common thread of the event was to present new concepts from an ethical and practical perspective as well as changes in the fight against corruption through the personal testimony of people who are in the front line of the battle.
From the ethics of the private sector and academia, Alison Taylor; from the experience of someone who – having participated in acts of corruption – faces justice and becomes an anti-corruption expert, Richard Bistrong; from investigative journalism that unmasks and denounces government corruption, Mary Triny Zea; and an international activist with vast experience in illicit money trails and the demand for cross-border accountability, Max Heywood.
The four speakers gave their perspective on the subject, and these are twelve key learnings shared at event:
1. Corruption harms society, causes inequality and decreases access to health and education. Ethically, it is a crime that has a high impact on the social fabric and material well-being of societies. We need to think more about on its social affect and how the public will respond to it and judge us on our behavior.
2. Having a controlled process or system in companies does not work if employees or leaders in the organization do not believe in these processes.
3. There is life after committing acts of corruption and paying the debt to justice. It is necessary to incorporate in our organizations the culture of repentance and the reconstruction of ethical and control systems, instead of opacity and impunity.
4. We cannot delegate the fight against corruption to the complaints department of companies and hope that this will be enough to solve all the problems.
5. Generation Z (born at the end of the 1990s) has different values from preceding generations. They have a lot to say about where they want to work and the ethics and values of their employers. They want to work in companies with an ethical culture.
6. During the pandemic, investigative journalism does not stop. The public is more attentive and vigilant about the use of public funds and public procurement.
7. Social distancing does not mean distancing from integrity.
8. If you are a leader and people don’t call you, it doesn’t mean that everything is fine. Hearing how people are doing, how they are dealing with the pandemic is vital.
9. The better you communicate, the more you will reduce the fear and uncertainty that can trigger unethical behavior in organizations.
10. There has never been a more important time to be virtually present and productive in the life of the workforce to which we belong than now.
11. Ambiguity and passive leadership are the enemies of ethical and sustainable business practices.
12. Leaders have a responsibility to make people think about ethics and not just the legal implications of their conduct.
The Forum was provided with simultaneous translation from English to Spanish and vice versa by courtesy of the authorized public interpreter, Robin Castro. It was organized in partnership with the Universidad Católica Santa María La Antigua, which provided its platform and technical assistance, and it had the support of the following nine strategic allies for its dissemination: