Sin una justicia independiente, eficaz y oportuna es imposible hablar de una verdadera democracia. La sorpresiva renuncia del Fiscal Mahmad Daud, funcionario del Ministerio Público, quien ha desempeñado un papel destacado y efectivo en las investigaciones de importantes casos de corrupción, incluyendo el Caso Odebrecht, produce inquietud y deja en el aire muchas interrogantes sobre la independencia de nuestra justicia penal.

A diferencia de lo que sucede en el Órgano Judicial, donde finalmente se está implementando un sistema de carrera profesional que brinde estabilidad y seguridad a los jueces, en el Ministerio Público los fiscales siguen sin la estabilidad necesaria que les permita actuar con total independencia. La controvertida salida de los fiscales Zuleyka Moore y Adecio Mojica en las postrimerías de la administración del exprocurador Javier Caraballo, lo evidenciaron.

El nuevo procurador, Luis Gómez Rudy, ha asegurado que el Caso Odebrecht, cuya audiencia está programada para el 20 de enero próximo, no se relaciona con la renuncia del fiscal Daud. Sin embargo, la preocupación que tal renuncia ha producido se sustenta en que se trata de un caso de enorme importancia en el que son procesadas personas de muy alto perfil.

La justicia debe poder actuar y pronunciarse con total independencia, sin que tenga cabida la impunidad que se sustenta en los poderes económicos y políticos.

Contacto:

Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana

Teléfonos: 223-4122/24