15 de Noviembre de 2019
Estamos viviendo momentos determinantes en el devenir nacional, debilitamiento de la institucionalidad y del imperio de la ley, impunidad, clientelismo y corrupción, que requieren una mirada sistémica.
Ver separadamente los elementos de cómo funciona nuestro sistema, genera una ceguera que a estas alturas no podemos darnos el lujo de tener. La interconexión entre las leyes que tenemos en papel y nuestras clases política y empresarial que carecen de la voluntad y del interés de cumplirlas, puede repetirse con la reforma constitucional. No estamos previniendo la corrupción como lo muestra la injerencia de los poderes entre sí, y cuando se da, no la estamos castigando debido a la mutua impunidad asegurada entre poderes e intereses económicos. La pregunta a hacerse ahora es: ¿cómo accionar?, ¿qué podemos hacer para cambiar el rumbo del país?, que parece abocado al precipicio.
La generación de jóvenes que ha tomado liderazgo en las últimas semanas nos está lanzando a todos los panameños un reto y una oportunidad para ver nuestra democracia fortalecida y no destruida. Se abre la oportunidad de que el presidente Cortizo genere un cambio radical en la justicia panameña nombrando magistrados (as) y un (a) procurador (a) verdaderamente independientes.
Panamá, 15 de noviembre de 2019