PANAMÁ vive hoy el gran desafío de ponerle fin al creciente deterioro de las instituciones democráticas, gravemente heridas por la corrupción y la impunidad. La corrupción permite que unos pocos nos roben los recursos que nos pertenecen a todos y que pudieron ser utilizados para brindar salud, educación, vivienda, seguridad y mejorar la vida de cada panameño.
Es uno de los mayores obstáculos para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), a los que se ha comprometido Panamá. El Objetivo 16, en particular, insta a reducir considerablemente la corrupción y el soborno, propiciando instituciones a todos los niveles de la Administración Pública, que rindan cuentas, sean eficaces y transparentes. Además, Panamá es signataria de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, que busca impulsar la honradez, la transparencia y la rendición de cuentas.